miércoles, 14 de noviembre de 2007

Mi primer paseo

Hoy he decidido salir a pasear por primera vez por mi pequeño rincón. Un rincón de sueños. No necesito salir a la calle, ni siquiera salir de mi casa para caminar por mis sueños. Simplemente, tengo que cerrar los ojos y empezar a volar.

Sueño contigo. Puedo verte y sentirte frente a mí. Puedo notar tus manos que recorren mi cuerpo por encima de la ropa. Estas conmigo. Beso tu cuello, tus labios y tus mejillas, porque necesito sentir tu sabor. Noto como tu cuerpo responde a las primeras caricias de mis manos, que quieren conocerte, quieren aprenderse todos tus contornos. Las tuyas anhelan lo mismo y las siento caminar por debajo de mi blusa. Un jadeo escapa de mis labios cuando alcanzan su destino y aprietas y acaricias mi pecho, mientras tu otra mano viaja por mis piernas recorriendo despacio mis muslos, deteniendose en el encaje del borde de mis medias solo para hacerme desear más, mucho más. Te apartas y me miras unos instantes, unos segundos que ya no son tales, puesto que el tiempo ha dejado de existir. Solo existe nuestro mutuo deseo.

Me miras como buscando confirmación en mi mirada y la encuentras en mis ojos y en mi cuerpo completamente entregado a ti. Tus manos buscan suavemente mi sexo mientras tus labios me besan con ferocidad, con ansia. Con delicadeza apartas la ropa e introduces un dedo entre mis labios y llegas al mismo centro del deseo. Me recuestas y ahora son tus labios los que se acercan a mí. Tu lengua me recorre como si me conociera desde siempre, como reconociendome en cada beso y en cada caricia, aunque no nos hayamos visto nunca. Pero eres mi sueño, te conozco y me conoces mucho mejor que nadie. Eres norte y eres sur, referencia y destino de mis más ocultos deseos. Eres amo y a la vez escalvo, soy tu dueña y sin embargo me encadenas. Si existe el paraiso, tiene que ser algo muy parecido a esto.

Te deseo dentro de mí. Parece que entiendes perfectamente mi anhelo solo con escuchar mis suspiros y jadeos, aunque ni una palabra haya salido de mi boca. Pero en este momento eres mio y solo tú sabes todos y cada uno de mis más escondidos pensamientos.

Entras en mí. Tus ojos clavados en los mios, tu pecho rozando el mio y tu sexo moviendose en el mio. Te abrazo muy fuerte, porque te quiero todo para mí. Nada importa ahora, ni pasado, ni futuro o en antes y el después. Solo el aquí y ahora, tu deseo y el mio y nuestra entrega.

Te sueño.

A lo mejor tú también me sueñas, a tu manera y en la distancia. Quien sabe, algún día puede que nuestros sueños crucen un mismo camino y hasta podamos soñar juntos.

2 comentarios:

Casi Nadie Lo Sabe dijo...

Me gusta como escribes.

Pareces una mujer dulce y femenina, pero muy firme.

A mi también me gusta soñar... que vd lo sueñe bien! y gracias por tus comentarios, bienvenida a mi lado oculto, ese que nadie ve

Sara dijo...

Holaaa!!! bienvenidaaa

esto me recuerda a cuando llega un vecino nuevo en las típicas películas americanas y van todos a darle a bienvenida y llevarle pastelitos.

yo no te traigo pastelitos, te traigo palabras ^^ no saben igual de ricas, pero... bueno

y te digo que me ha impresionado tu forma de escribir, tu dulzura, tu sensibilidad, tu sentimiento, tu sueño...


nunca dejes de soñar.

sabes? a veces... es bueno crearse un mundo propio en el que poder sobrevivir... en el que poder ser uno mismo, soñar, vivir, disfrutar, evadirse de la realidad.

me gusta mucho, de verdad


espero poder seguir visitándote


un saluditoooo!!